Los 43 sabotajes del ELN con la paz que obligan al gobierno a suspender los diálogos
El eje de la Paz Total es el proceso con el ELN. Es la guerrilla más antigua del continente, la que ha sobrevivido a desastres como el que vivió en Anorí en 1973, a diez presidentes, a sesenta años de guerra.
La forma en la que concibe la resistencia lo ha convertido en el grupo con el que es más difícil negociar. Pero el arribo a la presidencia de un hombre de izquierda como Gustavo Petro alentaba la posibilidad de llegar a buen puerto en una negociación. La delegación del gobierno, encabezada por Vera Grabe e Iván Cepeda, le daría garantías de seriedad y cumplimiento al ELN.
Por eso se lograron avances únicos en cincuenta años de negociaciones. Uno de ellos fue lograr un cese al fuego bilateral que se extendió del 5 de julio del 2023 hasta el 3 de agosto del 2024.
Fue imposible renovarlo por parte del gobierno debido a la determinación de esta guerrilla de exigir dos cosas en las que la delegación no se echó para atrás: sacarlos de la lista de los GAOS y no negociar con la escisión Frente Comuneros Sur.
Las negociaciones se congelaron en julio de este año luego de haber conseguido firmar un logro significativo dentro de los acuerdos: la participación política, que podría haber sido el inicio de una dejación de armas, la búsqueda del poder por la vía de los votos.
Pero el ELN saboteó el cese al fuego en más de una ocasión. La primera fue a finales de julio del 2023 cuando decretó un paro armado en las poblaciones que componen el Bajo San Juan en el Chocó.
La situación fue tan apremiante que muchos habitantes afirmaban que las condiciones de confinamiento eran incluso peores que en la pandemia. Por esos días el ELN secuestro a la sargento de la policía Karina Ramírez que iba con sus dos hijos pequeños. A los pocos días los dejaron libres pero esta acción planteaba varias preguntas una de ellas era ¿Qué era el cese al fuego para el ELN? Ya sabíamos de su anacronismo, de su visión de la guerra aún ochentera y dura, pero esos límites era necesario definirlos o al menos volverlos a marcar.
Según un informe del Cercac entre el 2023 y el 2024 el ELN incumplió el cese al fuego en, por lo menos, 45 ocasiones. Queda claro que no se pueden quejar que no le han tenido paciencia. Lo más grave es que en esos hechos perdieron la vida cinco personas, fueron heridas en combate otras tres y 52 fueron secuestradas por ese grupo guerrillero. Las zonas donde más han ocurrido las violaciones al cese al fuego son: Arauca (13), Chocó (7), Cauca (6), Norte de Santander (4), Santander (3), Antioquia (2) y de a un hecho violento en Casanare, La Guajira, Nariño y Risaralda.
Desde la Fundación Paz y Reconciliación se venía denunciando constantemente el hostigamiento a organizaciones sociales de Arauca y el Pacífico. Poco antes de que no se renovara oficialmente el cese al fuego, el pasado 3 de agosto, se reportaron eventos de desplazamiento en la población de Puerto Rondón en ese departamento debido a las confrontaciones entre el ELN y disidencias FARC.
El tratamiento a la población civil fue violento. Desde Arauca se exigió, desde la sociedad civil, la presencia del gobierno en territorio. Se quejaron de la renuencia del comisionado de paz Otty Patiño a la hora de hablar con la población. Tampoco hizo presencia el ministro de defensa Iván Velásquez ni el propio presidente Petro.
Desde el 3 de agosto los ataques a infraestructura petrolera, a estaciones de policía y a bases militares han sido incesantes. El saldo en los últimos dos meses ha sido aterrador, se ha volado doce veces el oleoducto Caño Limón Coveñas, se confinó de manera forzosa a más de cincuenta mil personas en el Chocó, y se ha venido atacando a fuerza pública a través de una seguidilla de atentados que ha sido imposible de contener.
El ataque con cilindros de gas a una guarnición del ejército apostada en Puerto Jordán, Arauca, rodeada por instituciones educativas donde recibían clases miles de niños, fue la gota que rebazó la copa.
Si bien el presidente Petro en una declaración dada la noche del martes 17 de septiembre anunciaba un cierre del proceso, veinticuatro horas después la delegación del mismo gobierno anunció que sería sólo una suspensión.
Igual queda herida la paz. No se pueden quejar de la voluntad que tuvo Petro al que le sobró paciencia. Pero vuelve a quedar en la mesa la sensación de que con el ELN es muy difícil negociar.
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