La planta de reciclaje en Arauca que es fruto del trabajo comunitario

La planta de reciclaje en Arauca que es fruto del trabajo comunitario

En el municipio de Saravena (Arauca) los habitantes lograron crear una empresa comunitaria de acueducto que hoy, además, se encarga de reciclar plástico y así promover el cuidado del medioambiente.

En los años 60, a falta de atención estatal para cubrir los servicios básicos, los habitantes de Saravena (Arauca) se organizaron para crear la Empresa Comunitaria de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Saravena (Ecaaas).

Cuando los pobladores de esta región de los Llanos colombianos se refieren a esta empresa hablan con orgullo, como si se tratara de un tesoro que cuidan entre todos.

“La idea era garantizar el derecho al agua, al ambiente sano y a la vida para las personas del departamento. Hoy por hoy estamos dando un excelente servicio, tanto así que el agua que se produce es apta para el consumo humano”, afirma Eduardo Sogamoso, coordinador del área de Promoción y Desarrollo de Ecaaas.

Aunque la lucha por el derecho al agua inició poco después de la mitad del siglo pasado, fue solo hasta el año 1991 que Ecaaas se constituyó como empresa, y desde entonces brinda el servicio de agua para el municipio de Saravena. También, desde 2013, presta el servicio de aseo.

La empresa está compuesta por una asamblea cuyos participantes forman parte de diversos sectores sociales del departamento. Comunidades organizadas como la Asociación de Campesinos (Asonalca), la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra, las juntas comunales de cada uno de los barrios de Saravena, el Comité de Ganaderos y el sector indígena son algunos de los colaboradores. Cada comunidad tiene un presidente y un delegado, y es así, juntos y organizados, como los habitantes de Saravena toman todas las decisiones de esta empresa comunitaria.

“Ecaaas es una empresa sin ánimo de lucro, no hay reparto de utilidades, ni ganancias, ni nada. Los excedentes -cuando existen excedentes-se reinvierten en el mismo objeto social de prestación de servicios”, explica Juan Carlos Torres, miembro del equipo jurídico.

Por su parte, Sonia López, presidenta de la Fundación Joel Sierra, afirma que esta iniciativa fue posible porque los habitantes de Saravena están convencidos de que la dignidad está también en que los recursos naturales, las empresas que sirven a las comunidades y los servicios públicos no deberían estar privatizados.

En este momento no existe ninguna empresa privada ni del Estado que ofrezca los servicios que presta esta empresa comunitaria. “Ecaaas es una demostración de que las comunidades organizadas sí podemos hacer las cosas y de la mejor manera”, ratifica Sogamoso.

P.EL ESPECTADOR

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