Arauca y la migración venezolana: crisis económica y violencia
La situación de orden público se ha agravado desde el 2 de enero, cuando se abrió un choque de eliminación mutua entre el Eln y las estructuras disidentes de las Farc.
Arauca, hasta los inicios de los años 80, tenía más contacto con Venezuela que con Colombia. Las razones: Arauca estaba aislada por la falta de vías e incomunicada ante la ausencia de la televisión colombiana, la cual, a diferencia de la venezolana, entraba muy bien en Arauca, así fueran pocas las familias con acceso a aparatos de televisión. Ese aislamiento, luego de cuatro décadas y con muchos cambios, aún mantiene rezagos en este territorio fronterizo.
La gran mayoría de familias araucanas tienen familiares del lado venezolano, van y vienen según las oportunidades de trabajo, estudio o tranquilidad. Es un territorio binacional con una vida compartida. Son lazos profundos que se viven desde hace generaciones, que han desarrollado sus vidas en el vaivén de la frontera, pero con un trasegar marcado por posibilidades de vida y dificultades.
La crisis económica y social que ha vivido Venezuela en los últimos años ha llevado a miles de familias a instalarse en Arauca o hacer tránsito hacia el interior de Colombia o el sur del continente. Sin embargo, la migración ha disminuido en los últimos dos años y puede seguir en descenso, ahora que poco a poco han venido revirtiendo la crisis económica, con la recuperación de la producción petrolera y los buenos precios internacionales del principal producto de exportación de la economía venezolana en las últimas ocho décadas.
La migración venezolana ha llegado a una Arauca inmersa en un conflicto armado de cuatro décadas, y la zona ha sufrido la violencia que ha arreciado desde el 2 de enero, cuando se abrió un choque de eliminación mutua entre el Eln y las estructuras disidentes de las Farc. Esta disputa corresponde a una acción violenta organizada, cuyo fondo es el control del territorio, con sus comunidades y las economías que se desarrollan en él. En este contexto, en lo corrido del año se han registrado 74 homicidios, 21 son de nacionalidad venezolana. Esto, según seguimientos realizados por la Fundación Joel Sierra y el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.
Pero, por otro lado, la migración venezolana que se ha instalado en Arauca, como en el conjunto del país, es un aporte positivo para el desarrollo de la región y un potencial de enriquecimiento en todas sus dimensiones.
Cifras y dinámicas de la migración
Juan Francisco Espinosa, director general de Migración Colombia, dio un balance del tema migratorio para el departamento. En este informe, presentó estas cifras: a corte de 31 de enero de 2021, Arauca estaba en el puesto once de los departamentos con mayor número de migrantes, y daba un reporte de 45.000 personas, número que representa el 2,5 % a escala nacional. La ubicación en cada municipio es la siguiente: Arauca, 22.113; Saravena, 12.114; Arauquita, 5.783; Tame, 2.910; Fortul, 1.490; Cravo Norte, 241, y Puerto Rondón, 200.
La migración venezolana llegó a un territorio donde la situación económica era (y aún lo es) difícil. Así lo reportaba un informe de Fedesarrollo en 2018, quizás el informe más amplio y comprensivo de los indicadores sociales y las dinámicas económicas. En ese momento se alertaba sobre una situación grave y hoy se puede afirmar que es más complicada.
Por su parte, las cifras confirman la preocupante situación que se vive en el departamento: tasas de crecimiento negativas, fuerte contracción del comercio, caída en la producción petrolera y en las exportaciones, bajo desempeño del sector educativo, altos índices de pobreza, deficiente infraestructura hospitalaria, aumento de la tasa de desempleo y la caída en los registros y renovaciones de empresas son una muestra de lo que los datos alcanzan a capturar. Solo por dar un ejemplo, el último dato de desempleo en Arauca muestra que este llegó al 23 %, la cifra más alta del país. Aunque las cifras son acertadas al reflejar una realidad innegable, estas no alcanzan a mostrar aristas mucho más complejas para la región. De este modo, la situación es más grave, si se considera que la confianza en la población está minada y la percepción pesimista es generalizada.
La economía araucana, durante cerca de cuatro décadas, ha estado centrada en la industria del petróleo y esta ha tenido severas transformaciones en la última década: una drástica disminución de la producción de Caño Limón y un cambio en la política de regalías. Esto ha tenido un severo efecto en la economía araucana, la cual tiene muchos menos recursos y un enorme desafío, y no se vislumbra un camino para afrontarlo.
Si la economía es crítica en Arauca, esto se evidencia en sus indicadores sociales, donde la salud y la educación no son derechos que se les garantice al 100 % de la población, como no lo es en buena parte de Colombia. Para colmo, como reporta el DANE, los indicadores en Arauca están por debajo del promedio nacional. De esta forma, la migración venezolana debe tramitar su nueva vida en un territorio con amplios déficits de condiciones sociales, políticas y económicas.
En el departamento de Arauca se presentan distintas tipologías de migrantes:
a)Pendulares: son nativos o residentes en la región del Alto Apure venezolano y vienen a las ciudades de Arauca capital, Arauquita y Saravena a comprar víveres, alimentos, repuestos, ropa o TIC. Este tipo de población regresa inmediatamente a su país.
b)Marchantes o caminantes: proceden del interior venezolano y prefieren utilizar el paso de la ciudad capital para ingresar a Colombia con la expectativa de llegar a grandes ciudades de Colombia (Yopal, Villavicencio, Bogotá), pero también pasan por Arauquita (La Victoria) y Saravena (Puerto Contreras) con destino a Bucaramanga y Medellín; es decir, utilizan de forma transitoria el departamento de Arauca, mientras siguen su periplo.
c)Permanentes: normalmente son familias, pero también se pueden presentar de manera individual y se trata de una población de venezolanos que pernoctaron o se residenciaron en el territorio del departamento de Arauca. Su permanencia suele estar asociada a oportunidad de empleo permanente o temporal, en general mal remunerado, actividad comercial, asociada a ventas ambulantes o economía de subsistencia (rebusque). Un reducido porcentaje de migrantes tienen el capital para montar un emprendimiento, negocio o establecimiento comercial, la mayoría asociados al área de alimentos y comercio.
d)Retornados: son colombianos que vivían en territorio venezolano y regresaron al departamento de Arauca huyendo de las crisis económicas, inseguridad o la reciente ola de violencia generada por la disputa del control del territorio entre FF. MM. de Venezuela, disidencias y Eln.
Recomendaciones generales
El peso poblacional de la migración venezolana que ha decidido permanecer en Arauca representa una quinta parte de la población nativa que habita en el departamento. Las proyecciones del DANE establecen en 265.190 habitantes (131.949 mujeres y 133.241 hombres), lo cual representa el 0,54 % de la población nacional.
Se puede afirmar que Arauca es el territorio que más ha recibido población migrante en relación con el conjunto de su población, si bien solo representa el 2,5 % del total de la población migrante establecida en Colombia. En este contexto, presentamos las siguientes recomendaciones dirigidas al Gobierno Nacional, departamental y municipal, al igual que organismos internacionales y de sociedad civil involucrados en la atención a la población migrante:
•Revisar la experiencia de atención a la población migrante desarrollada entre 2015-2021, para sacar lecciones y puntos a mejorar.
•Promover políticas diferenciadas para mujeres, niños y adolescentes, que deben ser atendidos de manera preferencial.
•Promover planes y proyectos de prevención del involucramiento de la población migrante en dinámicas de ilegalidad presentes en el territorio.
•Desarrollar políticas y planes concretos para promover la estabilización en el territorio de la población migrante con vocación de permanencia.
•La atención a la población migrante requiere diálogo y coordinaciones entre las autoridades colombianas y venezolanas.
P. El Espectador