“Amenazas del ELN Siembran el Miedo en la Prensa Araucana: Un Llamado Urgente a la Protección de Periodistas y Líderes Sociales”
En Arauca, la situación de la prensa se ha vuelto crítica debido a las amenazas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC.
Estos grupos armados mediante panfletos y comunicaciones internas continúan hostigando e intimidando a quienes ejercen el periodismo, pero van más allá y arremeten también contra los dirigentes políticos que denuncian su cercanía con funcionarios corruptos, que buscan estrategias para financiar sus estructuras.
Esta situación ha generado un clima de miedo que afecta la libertad de expresión y la seguridad de los periodistas en la región, quienes tienen que callar para salvaguardar su integridad y evitar ser asesinados o desterrados del territorio.
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La Fundación para la Libertad de Prensa -FLIP- ha documentado las más recientes acciones de esta guerrilla contra la prensa y ha expresado su preocupación.
“En sus comunicados, publicados el 15, 23 y 25 de julio, el ELN cuestionó y estigmatizó el trabajo de los medios de comunicación locales, y les acusó de desinformar y replicar información de las disidencias de las FARC. Tales señalamientos se dan luego de que diferentes medios informaran sobre una detención masiva en Puerto Rondón, Tame, y el confinamiento de una familia. Estos mensajes del grupo armado ilegal significan un riesgo para las y los periodistas, pues les involucra en la comisión de delitos y les deja en medio de las confrontaciones e intereses de los grupos armados ilegales que se disputan el control territorial”.
Esta situación ha llevado a que al menos doce comunicadores sean amenazados y presionados para que publiquen información favorable a estos grupos, lo que ha llevado a la autocensura como una estrategia de supervivencia para muchos comunicadores, quienes temen por su seguridad si publican información sensible.
Además, los líderes sociales también están siendo perseguidos, ya que el ELN busca vincular a estos movimientos con sus actividades.
Esta estigmatización ha resultado en un aumento de la violencia y la persecución, obligando a muchos a optar por el silencio como única forma de protegerse.
La situación en Arauca refleja un contexto de violencia y conflicto armado que no solo afecta a la prensa, sino también a la población civil. La falta de protección efectiva por parte de las autoridades ha dejado a los periodistas y líderes sociales en una posición vulnerable, lo que requiere una respuesta urgente para garantizar su seguridad y la libertad de expresión en la región.
