¡Basta ya! Arauca no aguanta más el abuso de las aerolíneas
Ni el propio superintendente de Transporte se salvó del caos aéreo que padecen a diario los habitantes de Arauca. El alto funcionario vivió en carne propia lo que los usuarios llevan años denunciando: vuelos costosos, demoras injustificadas y un servicio que raya en el irrespeto.
El pasado lunes, el superintendente de Transporte, Alfredo Piñeres, tenía previsto llegar a Arauca antes de las 9:30 a.m. para cumplir compromisos institucionales. Sin embargo, su vuelo —como tantos otros en la ruta Bogotá–Arauca— fue objeto de un retraso sin explicación por parte de la aerolínea.
“Hoy vivimos en carne propia el retraso de las aerolíneas, en este caso Avianca, ya dentro de la jornada de trabajo que hicimos hoy hemos revisado diferentes quejas que han llegado a la superintendencia sobre este tema. Este tipo de retrasos que en la mayoría de casos son inexplicables por las aerolínea debe analizarse, pero no solo de Avianca sino también de Satena y Clic” indicó el funcionario, quein ademas agregó “Nos montaron en el bus para transportarnos al avión, y luego, sin decir nada, nos devolvieron a la sala de espera. Cuando pregunté qué pasaba, una empleada me respondió: ‘Siéntese, ya le averiguo’”, relató Alfredo Piñeres.
Solo al identificarse como superintendente de Transporte, el personal reaccionó e intentó brindar información. Una experiencia que, según sus propias palabras, viven todos los días cientos de usuarios que no tienen ese privilegio.
“Fue una situación jarta”, dijo Piñeres, quien aseguró que presentará personalmente una queja formal para revisar las condiciones del servicio que prestan las aerolíneas desde y hacia Arauca.
Una problemática estructural que nadie corrige
Este incidente, lejos de ser aislado, refleja una realidad persistente y crítica: Arauca se ha convertido en uno de los destinos con los tiquetes aéreos más costosos del país, pese a que el servicio prestado es deficiente y poco confiable.
Los pasajeros denuncian demoras constantes, cambios de itinerario sin previo aviso, falta de comunicación por parte de las aerolíneas, y un trato que, en muchos casos, raya en el irrespeto. A eso se suma el hecho de que la oferta de vuelos es limitada y dominada por pocas compañías, lo que restringe la competencia y encarece aún más los pasajes.
A diario, usuarios se quejan en redes sociales de estar “atrapados” en aeropuertos, de sufrir cancelaciones sin explicación y de tener que pagar tarifas que superan fácilmente el millón de pesos por trayecto.
¿Dónde están las autoridades?
Lo más grave es que esta situación lleva años sin solución, a pesar de las constantes denuncias de los ciudadanos. Ni la Aeronáutica Civil ni la Superintendencia de Transporte ni los congresistas de la región han logrado que se tomen medidas efectivas para garantizar un servicio digno y justo para los araucanos.
Incluso ahora, que el propio superintendente ha sido víctima de la situación, la pregunta sigue en el aire: ¿se tomarán medidas reales o se quedará en una anécdota más?
La ciudadanía no puede seguir soportando pasivamente este abuso.
