Organización de Médicos sin Fronteras denuncia que en Arauca el conflicto armado y barreras administrativas limitan el acceso a salud

Organización de Médicos sin Fronteras denuncia que en Arauca el conflicto armado y barreras administrativas limitan el acceso a salud

La población migrante y desplazada sufre especialmente por la imposibilidad de recibir atención médica oportuna y apoyo en salud mental.

En el departamento de Arauca, ubicado en la frontera oriental de Colombia con Venezuela, las comunidades más vulnerables enfrentan graves barreras para acceder a servicios de salud. Esta crisis se ha intensificado desde 2022 por la convergencia de tres factores críticos: la migración masiva, el recrudecimiento del conflicto armado y los desastres naturales, especialmente las inundaciones durante la temporada invernal.

Este escenario complejo ha generado necesidades médicas y humanitarias que requieren mayor atención del Estado y de organizaciones internacionales”, afirma Alejandro Matos, coordinador de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la región.

En Arauca, las comunidades más vulnerables enfrentan una crisis humanitaria agravada por la migración

Desde marzo de 2025, MSF ha implementado un programa médico con dos componentes. El primero está enfocado en los asentamientos periféricos de Arauca capital, donde se brinda atención a migrantes venezolanoscolombianos retornados y víctimas de desplazamiento forzado. El segundo atiende a comunidades rurales en Tame, Arauquita y Puerto Rondón, severamente afectadas por el conflicto armado.

Entre el 3 de marzo y el 23 de mayo, los equipos de MSF realizaron 885 consultas médicas generales254 de salud sexual y reproductiva19 a mujeres embarazadas y 105 consultas individuales de salud mental.

Arauca fue el tercer departamento del país con más víctimas de confinamiento forzado en 2024, con cerca de 10.000 personas afectadas, según la ACNUR. Los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las FARC, tras la suspensión de diálogos de paz, han agravado las restricciones de movilidad y el acceso a servicios esenciales.

Además del conflicto, la escasez de presupuesto y la limitada presencia institucional impiden una atención médica efectiva. Aunque existen clínicas móviles, muchas no entregan medicamentos directamente, y los pacientes deben desplazarse a las cabeceras municipales, algo imposible por el miedo o la falta de recursos.

En la capital de Arauca, también se reportan serias dificultades para la población migrante. De los cerca de 75.000 venezolanos con vocación de permanencia en el departamento, más de 47.000 viven en la ciudad. Aunque el 74 % posee Permiso por Protección Temporal, enfrentan obstáculos para acceder al sistema de salud, lo que aumenta su vulnerabilidad.

Finalmente, la salud mental es otra dimensión crítica. “El miedo constante al conflicto y las condiciones precarias generan síntomas físicos y emocionales profundos”, explica Blanca Quintana, gestora médica de MSF. Ante esto, la organización hace un llamado urgente para reforzar el sistema de salud local y priorizar a las comunidades más afectadas.

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