
El Ejército Nacional logró la recuperación de 530 cabezas de ganado que habían sido robadas
Propietario de finca ubicada entre las veredas Maporita y Caracol, en zona rural del municipio de Arauca, se vivió días de angustia. Más de 500 cabezas de ganado habían desaparecido sin dejar rastro, afectando de manera directa a al productor, lo que también generó preocupación en toda la comunidad campesina.
Esta semana, gracias a una operación adelantada por tropas del Batallón de Artillería de Campaña N.º 18, adscritas a la Décima Octava Brigada del Ejército Nacional, se logró recuperar el ganado. En total, fueron 530 reses avaluadas en más de 1.060 millones de pesos, una cifra que revela no solo la magnitud del hurto, sino también el poder económico que estos delitos representan para grupos armados ilegales en la región.
Aunque no hubo capturas, la acción militar permitió la restitución de los animales a su legítimo propietario. Fuentes cercanas al caso confirmaron a El Círculo que se trató de una acción planificada y ejecutada sin enfrentamientos, lo cual evitó mayores riesgos para la comunidad.
Detrás del abigeato, un delito a veces minimizado en la agenda nacional, se esconde un negocio ilícito que alimenta estructuras armadas ilegales en Arauca. La venta del ganado robado no solo es una fuente directa de financiación, sino que esos recursos —según información entregada por fuentes militares— terminan siendo utilizados para la compra de armamento y explosivos. Esto, en últimas, alimenta el ciclo de violencia que golpea con fuerza a la región.
Para los ganaderos locales, este tipo de robos no son casos aislados. Son parte de una cadena de amenazas constantes: extorsiones, abigeato, cobros ilegales por “seguridad”, entre otros mecanismos de presión. Muchos optan por el silencio ante el miedo de represalias.
En conversación con El Círculo, un productor de la zona que pidió no revelar su identidad explicó: “Uno no solo pierde el ganado, pierde la tranquilidad. Uno trabaja años para tener algo y en una noche lo desaparecen. Y lo peor es que muchas veces no se recupera”.
Las autoridades, por su parte, anunciaron que continúan las investigaciones para esclarecer quiénes están detrás del hurto. No se descarta que se trate de una red estructurada con vínculos en distintos municipios del departamento.
Este nuevo golpe a las economías ilegales representa, al menos por ahora, un alivio para el ganadero afectado y una alerta sobre la importancia de mantener acciones sostenidas para proteger no solo la seguridad, sino también la economía campesina de Arauca.