Niños migrantes en Arauca, entre la desnutrición y la obesidad
De los 34.000 venezolanos que residen en Arauca, el 30 % son menores de edad, quienes afrontan un escenario de escasez económica, violencia e inseguridad alimentaria, entre otras dificultades. El 2,53 % de los niños menores de cinco años que asistieron a consultas médicas en el municipio fueron diagnosticados con desnutrición aguda y el 18 % presenta riesgo de obesidad. Esta situación exige tomar acciones sobre la atención y la seguridad alimentaria de la infancia migrante en el departamento.
La crisis económica, social y política que atraviesa Venezuela desencadenó un fenómeno migratorio que convirtió a Colombia en el principal país receptor de migrantes venezolanos.
Según Migración Colombia, en 2021 había 2,5 millones de venezolanos en territorio colombiano, de los cuales el 22,33 % eran menores de 18 años.
Uno de los pasos fronterizos más importantes de Colombia se da entre las dos orillas del río Arauca, que separa al municipio del mismo nombre y el estado de Apure (Venezuela).
En el departamento de Arauca residen 34.000 venezolanos, el 65 % de ellos (22.113) en su capital. Dichos migrantes han llegado en busca de mejores condiciones sociales y laborales, e incluso de acceso a servicios de salud.
Tomando como referencia la creciente crisis migratoria en el municipio de Arauca y las afectaciones en la salud de los niños, la nutricionista Edis Garcés, magíster en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Orinoquia, analizó el estado nutricional de los menores de cinco años que asistieron a controles de crecimiento y desarrollo durante 2020.
Sus resultados muestran que de 1.065 niños venezolanos que asistieron a las consultas, el 2,53 % presentaron desnutrición aguda, el 2,25 % desnutrición aguda moderada y el 0,28 % desnutrición aguda severa. Además, el 2,3 % delgadez y el 19,9 % índices de talla baja.
La Organización Mundial para la Salud (OMS) define la talla baja o el retraso en el crecimiento como una “estatura inferior en más de dos desviaciones a la mediana de los patrones de crecimiento”, los cuales permiten monitorear y evaluar el estado nutricional de los lactantes y niños pequeños, y con ello identificar a aquellos con un peso inferior al normal o que corran riesgo de obesidad.
La magíster Garcés explica que “el retraso en el crecimiento tiene una serie de efectos a largo plazo para los individuos y las sociedades, entre ellos la disminución del desarrollo cognitivo y físico, la reducción de la capacidad productiva, la mala salud y el aumento del riesgo de enfermedades degenerativas como la diabetes”.
“La desnutrición es de tres tipos: aguda, moderada y severa; los niños con desnutrición tienen más probabilidades de tener retrasos en el crecimiento o problemas de aprendizaje, además de problemas cardiovasculares, metabólicos e incluso la muerte”.
Inseguridad alimentaria, un problema desatendido
Los menores de edad llegan a un territorio donde la escasez de alimentos los pone en riesgo; es el caso de Arauca, cuyo índice de inseguridad alimentaria es del 62 %, lo que lo ubica como el tercer departamento del país con peores condiciones nutricionales y alimenticias para sus habitantes.
“Se estima que en 2020 habitaban en el municipio de Arauca 800 familias en las invasiones de El Refugio, Pescadito y Jerusalén, caracterizadas por vivir en inadecuadas condiciones de saneamiento básico y pobreza extrema”, se lee en la investigación.
Los resultados de la nutricionista también dan cuenta de un panorama poco alentador para la infancia venezolana, con índices de obesidad que demuestran que la alimentación adecuada en la población es escasa: de 1.065 niños menores de cinco años, 194 tienen riesgo de sobrepeso.
Según la magíster, “esta situación obedecería a que si las condiciones de las familias no son tan extremas, se puede optar por la alimentación a base de carbohidratos, como cereales, azúcares y harinas, además de embutidos, que tienen un alto contenido de sodio, lo cual desencadena en obesidad y problemas cardiovasculares”.
“Con ellos vamos a tener infantes con aumento de peso, pero no a partir de masa muscular sino de grasa. De los niños mayores de cinco años estudiados, el 8,6 % presentó sobrepeso y el 4,1 % obesidad”.
Señaló además que el 64 % de los niños atendidos en Arauca aún viven en Venezuela, una situación que se relaciona con el fenómeno de la migración pendular al ser población migrante que transita con frecuencia entre ambos países en busca de intercambio de bienes, alimentación e incluso servicios de salud. En Colombia, datos del Grupo Internacional sobre Flujos Migratorios muestran que hay 1,2 millones de migrantes pendulares.
Para adelantar su investigación, la magister tomó como base la información captada por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica Alimentaria y Nutricional, analizando categorías como estado nutricional, características sociodemográficas, prácticas alimentarias y apoyo interinstitucional.
P. Agenciadenoticias UNAL