Misteriosa desaparición de colombiano que cruzaba la frontera hacia EE. UU.
Lo último que supieron es que lo abandonó un coyote en Arizona porque no pudo caminar más.
Hosbornert Valencia Muñoz está desaparecido desde el pasado 23 de agosto cuando comenzó una travesía a pie para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos con el fin de reencontrarse con su pareja.
La alerta de su desaparición la dio un amigo suyo, que está en Bucaramanga y quien aseguró que la última vez que supieron de él fue cuando viajó de Cancún a Sonoyta para atravesar el desierto y llegar a una autopista en Arizona.
Su pareja había viajado hace algunos meses a trabajar en Estados Unidos, así que Hosbornet decidió iniciar sus trámites de visa y aunque inicialmente una tramitadora le dijo que en cuatro meses le daban la cita en la embajada, esto se quedó en promesas y se la dieron para dentro de dos años.
“Él comenzó a preguntarse cómo sería atravesar la frontera caminando y nosotros le decíamos que ni se le ocurriera hacer eso porque es muy riesgoso, le decíamos que mejor ni pensara en esa idea”, comenta uno de sus amigos.
Pero para Valencia su amor iba más allá de lo que pudieran recomendarle, así que emprendió una travesía para reencontrarse con el amor de su vida. Primero pisó tierra mexicana en Cancún, donde pasó unos días de vacaciones, y desde allí viajó a Sonoyta.
“Nosotros hablábamos todos los días y un día simplemente dejó de contestarme y no le llegaban los mensajes. Ese día le dije a mi novia: él se fue, se fue caminando”, cuenta su amigo.
Ese día su amigo comenzó a hablar con las amigas y familiares de Valencia pero nadie le daba razón hasta que el pasado 29 de agosto conocieron que efectivamente se había aventurado por el desierto en compañía de un amigo y de un coyote.
“Él empezó a caminar el 23 de agosto y tenía que haber llegado el 29 de agosto a Arizona y lo que cuenta el amigo con el que él caminaba es que en el sexto día a él ya no le respondieron los pies y tenía muchas ampollas que le habían salido desde hace dos días por sus zapatos”, relata.
Con la voz quebrada su amigo cuenta que faltaban solo cuatro horas para llegar a la autopista en Arizona y pisar suelo americano cuando desfalleció.
“Él dijo que ya no podía más, no le daba el dolor en los pies, entonces el coyote le dijo que si ya no podía caminar lo tenían que dejar. Lo dejaron con una pimpina de agua y una mechera y lo único que le dijeron es que si quería que lo cogiera la migra (los federales) prendía la mechera y le caían de una vez”, dice el amigo.
Esa fue la última vez que lo vieron con vida, los últimos segundos mientras el amigo con el que caminaba se alejaba de allí.
“No entendemos por qué si faltaban cuatro horitas no lo cargaron, no lo ayudaron, llevamos un mes sin saber de él, estamos desesperados”, cuenta su amigo desde Bucaramanga.
La pareja de Valencia ha ido a migración, ha tocado varias puertas y sus amigos en Bucaramanga también pero todo ha sido en vano.
“No perdemos las esperanzas, sabemos que él está bien, depronto lo tienen los federales”, agrega su amigo.
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